MAL DE AMORES
Te desafío, sí a vos hombre gris, a desmentirme.
A que demuestres lo que no eres, a que me
devuelvas lo robado gota a gota en estos años.
Son los sueños, son las caricias de mis manos tiernas, son
los asombros de
mis ojos enamorados.
Te grito, sí a vos, alzo el tono hasta desgarrar mi garganta
con tijeras de odio, sal
e impotencia.
Te injurio, sí a ti ángel
del engaño, oscuro y envolvente, que cegaste mi cordura
desatando las cadenas.
Empapaste mi carne de
veneno dulce, para luego secar las entrañas
de tanta pena.
Y por qué no a vos, varón creído, de altas alcurnias.
Que caminas el asfalto de los anónimos, tú pretencioso y
vano,
creyéndote casto tras tu máscara de formalidad.
Cartón
que no resiste el primer embate, desgranando sus miserias como cualquier
mortal.
MARÍA ESPERANZA IGLESIAS